Como madre, ¿Alguna vez te has sentido observada, juzgada y que fallaste el veredicto en tu familia o sociedad?
Yo sí, imagínate la escena:
Mi pequeño hace una pataleta y todos me miran, siento que haga lo que haga estará mal para los demás, me cuesta con esa presión gestionar a mi hijo porque además no falta el que opine o intervenga.
Ahora misma escena con la familia:
Todos a la mesa y la pequeña no quiere comer, se pone a llorar y grita, todos miran, opinan, intervienen y me siento invalidada como madre, siento a mi hija como si fuera mi pequeña verdugo porque me hace quedar mal.
Y aunque aún no descubrí la cura total para que nadie se meta conmigo en mi maternidad, lo que sí he llegado a descubrir es cómo lograr que lo que los demás hagan no me afecte… o al menos no tanto.
También he descubierto cómo lograr no sentirme invalidada, sino:
Estar disponible para mis pequeñ@s, porque es lo verdaderamente importante.
Parece imposible también ¿Verdad? pero esto SI ES POSIBLE porque:
Antes que madre eres mujer.
Y cuando te olvidas de eso, lo que los demás hagan te limita, te bloquea, te afecta.
En cambio, cuando estás verdaderamente en tí, te amas y te valoras tanto que los otros no tienen el poder de anularte.
Cuando estés en situaciones como las que te he contado, sigue estos pasos:
Respira y conecta con tu corazón
Conecta con la pataleta de tu niña interna, y abrázala
Pregúntate ¿Qué es lo que verdaderamente te molesta?
Ya en tu centro observa a tu pequeñ@ y conecta con lo que necesita y ve más allá de la pataleta con la pregunta ¿Qué es lo que verdaderamente necesita?
Atiende desde ahí la situación
Tal vez no lo logres la primera vez, no te sientas mal, al intentarlo una y otra vez, será cada vez más fácil.
Además habrás avanzado en tu camino hacia una maternidad más consciente, en la que eliges tus prioridades y actúas desde ese lugar.
Cuéntame cómo te va con estos pasos y/o cuáles otras formas has encontrado de superar estas situaciones.